Como los hombres de la prehistoria llenamos de pinturas rupestres nuestra cueva.
También hicimos cada uno de nosotros una pintura en una piedra que nos llevamos a casa para enseñársela a nuestra familia.
Este trabajo lo realizamos en dos etapas:
a) en la primera, dibujamos con lápiz y grabamos el dibujo con un punzón en la piedra.
b) en la segunda, pintamos con color el dibujo y lo perfilamos de negro por el grabado.
Y nos quedaron así de bien.
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